Manejo de la muerte y el duelo

Los múltiples rostros de la muerte
La muerte es un hecho biológico, pero también tiene hechos sociales, culturales, históricos religiosos, legales, psicológicos, del desarrollo, médicos y éticos, y a menudo estos están estrechamente entrelazados.

Aunque la muerte y la pérdida son experiencias universales, tienen un contexto cultural. Las actitudes culturales y religiosas hacia la muerte y la agonía afectan los aspectos psicológicos y del desarrollo de la muerte: como enfrentan personas de diferentes edades su propia muerte y la de quienes están cercanos a ellas.

Por lo general, se considera que la muerte es el cese de los procesos corporales. Sin embargo, los criterios para la muerte se han vuelto más complejos con el desarrollo de aparatos médicos que pueden prolongar los signos básicos de la vida. Estos han generado preguntas acerca de si los soportes de la vida deben retirarse y cuando, así como el criterio de quien debe prevalecer. En algunos lugares, la afirmación de un “derecho a morir” ha llevado a las leyes a permitir o prohibir a los médicos que ayuden a una persona con una enfermedad terminal a concluir una vida que se ha convertido en una carga.

El contexto cultural

Las costumbres concernientes a la inhumación y recuerdo del fallecimiento, la trasferencia de posesiones e incluso la expresión de la afiliación varían de manera considerable de una cultura a otra y a menudo son regidas por preceptos religiosos o legales que reflejan la visión que tiene una sociedad acerca de la muerte y lo que sucede después.

Algunas costumbres modernas han evolucionado a partir de las antiguas: tales como el embalsamiento y la momificación.

La revolución de la mortalidad

Esta se produjo por los avances en la medicina, las condiciones de salubridad, los nuevos tratamientos para las enfermedades que alguna vez fueron fatales y una población mejor educada y con más conciencia de la salud

La muerte se ha vuelto invisible y abstracta a medida que se convierte cada vez más en un fenómeno de la vejez.

En la actualidad, la tanatología, el estudio de la muerte y la agonía está generando interés por lo que se han establecido programas educativos para ayudar a la gente a enfrentar la muerte.

Cuidado el moribundo

Estos incluyen el cuidado en el hospicio y los grupos de autoayuda para los moribundos y sus familias.

El cuidado de hospicio es un cuidado personal para los enfermos terminales, centrado en el paciente y en la familia. Se enfoca en el cuidado paliativo. Este cuidado puede tener lugar en el hogar, hospital u otra institución. Los miembros de la familia suelen tener una participación activa.

Enfrentar la muerte y la perdida: aspectos psicológicos.

Confrontar la propia muerte.

Kübler Ross propone cinco etapas para avenirse a la muerte

1.
Así mismo propuso una progresión similar en los sentimientos de las personas que enfrentan un duelo inminente.

No todos pasan por todas las etapas ni en el orden descrito.

Patrones de aflicción

El duelo (la perdida de alguien a quien la persona se siente cercana y el proceso de ajustarse a esta) afectan prácticamente todos los aspectos de la vida de un sobreviviente. A menudo el duelo acarrea un cambio de status y de papel, también tiene consecuencias sociales y económicas. En primer lugar se presenta la aflicción que es la primera respuesta emocional presentada en las primeras fases del duelo.

La aflicción es una experiencia personal. Quizás el patrón más estudiado de aflicción es uno de tres etapas, en el cual la persona en duelo acepta la dolorosa realidad de la pérdida y de manera gradual rompe el vínculo con la persona muerta y se reajusta a la vida desarrollando nuevos intereses y relaciones. Este proceso de trabajo de aflicción, por lo general avanza a través de la siguiente trayectoria:

1. Shock e incredulidad: al inicio se sienten perdidos y confusos, conforme se toma conciencia se siente tristeza y llantos frecuentes. Puede durar semanas, sobretodo en una muerte inesperada o súbita.

2. Preocupación por la memoria de la persona muerta : puede durar seis meses o más, el sobreviviente trata de avenirse con la muerte pero no logra aceptarla

3. Resolución: llega cuando la persona en duelo renueva su interés en las actividades cotidianas. Los recuerdos de la persona muerta traen sentimientos de cariño mezclados con tristeza en lugar del dolor agudo y la nostalgia.

La aflicción no necesariamente sigue una línea recta del shock a la resolución.

Muerte y duelo a lo largo del ciclo de la vida

No hay una sola forma de ver la muerte a cualquier edad. Los cambios típicos en las actitudes hacia la muerte dependen del desarrollo cognoscitivo y del momento normativo o no normativo del evento.

Edad adulta

Los adultos jóvenes que han concluido su educación, y han iniciado actividades profesionales, contraído matrimonio o se han convertido en padres por lo general están ansiosos de vivir la vida para la que se han preparado. Pero, si de manera repentina son golpeados por una enfermedad o una lesión fatal, es probable que se sientan sumamente frustrados. En tales casos, la frustración se convierte en ira, la cual los hace pacientes difíciles.

En la edad madura, la mayoría de las personas se percatan con más profundidad que antes que van a morir.

Sus cuerpos les mandan señales de que nos son tan jóvenes, agiles y fuertes como alguna vez lo fueron.

Piensan cada vez más en cuantos años les quedan y como aprovecharlos mejor. A menudo, en especial después de la muerte de ambos padres, surge una nueva conciencia de ser la generación mayor, la siguiente en morir.

Los ancianos experimentaron sentimientos contradictorios acerca de la idea de morir. El desgaste físico entre otros problemas y pérdidas de la vejez pueden disminuir su placer y voluntad de vivir.

De acuerdo con Erikson, los ancianos que resuelven la critica alternativa final de integridad frente a desesperanza logran la aceptación de lo que han hecho con su vida y de su muerte inminente. Una forma de lograr esta resolución es a través de una revisión de la vida. Las personas que sienten que sus vidas han sido significativas y que se han ajustado a sus pérdidas están mejor preparados para enfrentar su muerte.

Perdidas especiales

Las pérdidas especiales durante la edad adulta son: pérdida del cónyuge, un padre y un hijo.

Sobrevivir al cónyuge.

La viudez es uno de los mayores desafíos emocionales que puede enfrentar un ser humano.las mujeres tienen mayor probabilidad de convertirse en viuda debido a que viven más años, también tienden a enviudar siendo más jóvenes.

Los efectos de la viudez difieren para los hombres y las mujeres. Las mujeres exhiben su dolor de manera más abierta, mientras que los hombres sienten que han perdido sus amarras. Las viudas ancianas tienen mayor probabilidad que los viudos de permanecer en contacto con los amigos de quienes reciben apoyo social. Por otro lado las viudas cuyo marido era el principal sostén de la familia pueden experimentar penurias económicas y caer en la pobreza. Cuando el marido enviuda tiene que pagar por las labores domesticas

Asimismo, es probable que el sobreviviente de un largo matrimonio enfrente muchos problemas emocionales y prácticos. Un buen matrimonio puede dejar un gran vacío emocional. Las mujeres viudas tienen tasa elevadas de depresión al menos durante los primeros cinco años después del deceso.